domingo, 7 de junio de 2015

ULTRA TRAIL ALDEAS DO COUREL. 31/05/2015. (88 Kilómetros, 11500 metros acumulados).


Llegó el objetivo del año, después de cuatro meses de preparación y viendo como se iba poniendo cada vez más difícil, con el aumento de distancia y de desnivel ( de 82 kilómetros a 88 kilómetros y de 9000 metros acumulados a 11500) a lo largo de los meses y la guinda de última hora, al denegarse el permiso para atravesar la “Devesa da Rogueira”, que parecía indicar más kilómetros y más metros de desnivel, con el mismo tiempo de corte, 18 horas.
También dudas con la preparación, los dos primeros meses perfectos y los dos siguientes un tanto desorganizados, completando el volumen con bicicleta y una tirada larga semanal.

Con todo ésto marchamos para el Courel el viernes al mediodía, a Folgoso, donde teníamos reservado en el albergue municipal, nos instalamos y vamos a por el dorsal a Seoane, ambiente trailero del bueno y a las 7 nos dan el dorsal 874, enseñamos el material obligatorio y tomamos unas cervezas, esperando con impaciencia la charla informativa, con ganas de saber los cambios definitivos, cambios que al final dejan el desnivel y la distancia más o menos como estaban, cambiando una subida nueva al bajar Penaboa y quitando la última subida antes de entrar en meta.
Vuelta al albergue donde charlamos con Marta, la chica que lo lleva, dándole indicaciones a Desi de donde son los mejores sitios para seguir la carrera, incluso queda en ir al avituallamiento más cercano de Folgoso (Valdomir) con ella para ver la carrera, lo que viene a ser un lujo de anfitriona. Cenamos y a las 11 de la noche a dormir.
En pie a las 5 de la mañana, con un leve dolor de cabeza, preparamos todo y salimos para Seoane. Antes de la salida aparece Rafa, con el que compartí el final de la Toxiza, que va al maratón y Nico, el marido de una amiga de Desi, que se cambió del ultra al maratón por lesión, nos deseamos suerte y a la línea de salida los que corremos el ultra.
Salimos y primer tramo muy guapo y sin dificultades, 10,5 kilometras al avituallamiento de Mercurín donde llego en 1hora 37 minutos, 10 minutos antes del horario previsto, repongo agua y para abajo por un sendero revirado y guapo para echar a correr, nada más entrar en él dejo pasar a una pareja (Vanesa y Manuel que estaban en el mismo albergue que nosotros) que venían como postas y a otro corredor (Miguel), entre que dudo si tirar detrás de ellos o no, oigo gritos de cuidado y en la curva me encuentro al chico por el suelo quejándose, con un buen golpe en la rodilla y al corredor que iba detrás sangrando por la nariz con un fuerte golpe, nervios, nos juntamos dos o tres corredores más e intentamos llamar a la organización, pero no hay cobertura, se empeñan en seguir y una vez comprobado que pueden, sigo con otro corredor, con precaución después del susto, entramos en Val de Mouras, un laberinto kárstico en el que trepamos, destrepamos, pasamos por agujeros y al tiempo vamos comentando lo fácil que es pifiar la carrera por por lanzarse demasiado cuando quedan tantos kilómetros, tramo precioso que nos lleva a una carretera. Aquí nos alcanza Miguel, el chico que se golpeó la nariz, con la suerte de que hay dos enfermeras entre la gente que está animando, quedándose ahí para hacer unas curas.
Valdomir
Desde ese punto, una pequeña bajada y entramos en la zona del río Lor, tramo muy guapo, cruzando puentes y por un sendero de tierra y pizarra, difícil de correr en muchos tramos, a la orilla del río y con alguna subida y bajada por la ladera, aquí me adelanta Nico (los del maratón salieron una hora más tarde), que va como un tiro (podio en su categoría), saludándonos y dándonos ánimos. Sigo a buen ritmo y paso el avituallamiento de Valdomir 1, kilometro 23, con 20 minutos de adelanto sobre lo previsto, 3 horas 35 minutos. Aquí Vanesa y Manuel, los chicos de la caída me alcanzan, eé va tocado, con la rodilla hinchada, aun así aguantaría con su compañera de aventuras hasta la subida a Penaboa, un máquina.
Al pasar este punto decido aflojar un poco, no vaya a ser que lo page mas tarde y me empieza a molestar el dolor de cabeza y la zona de las cervicales, toca hacer un tramo circular que nos lleva otra vez a Valdomir que comparto con Miguel (recuperado y animado) y otro chico, bien de ánimo a pesar de las molestias, en este segundo paso por Valdomir,( kilometro 32 en 5 horas y 17 minutos manteniendo mas de 20 minutos de adelanto) están Desi y Marta animando, aprovecho para comer algo y tomar medio paracetamol para ver si se van las molestias, 10 minutos escasos de parada y arranco para Seoane, mitad de carrera.
Empieza el peor tramo para mí, voy bastante rallado con las molestias, pasándome por la cabeza dejarlo en Seoane, me pasa Rafa dándome ánimos, decidiendo bajar el ritmo aunque pierda el tiempo de adelanto y ver cómo voy en Seoane. Llegando a Seoane las molestias van desapareciendo, con el tiempo previsto 7 horas 30 minutos, perdiendo los casi 25 minutos que tenia de adelanto pero con las pilas cargadas para seguir adelante.
Subida a Penaboa
En este punto tenemos bolsa para coger lo que necesitemos, como algo, relleno la mochila y a los 15 minutos llegan los corredores escoba con un grupo de corredores, así que largo disparado para intentar mantener una ventaja con ellos por si algo va mal.
Nada más arrancar toca subir, para hacer la digestión, alcanzo a Miguel y a Natalia (una chica argentina con la que me estuve cruzando casi toda la carrera y que también estaba en el albergue), la chica se queda atrás y seguimos Miguel y yo, subida difícil, por el calor, la pendiente y el tipo de terreno, poco más arriba Miguel
Cresta
me deja atrás y yo sigo a mi ritmo, no quiero pegar un calentón con el calor que hacía, esta subida acabó con un par de buenas trepadas por roca. Una vez arriba bajada incómoda por los restos de desbroce, un poco de llano y llegó al avituallamiento de Ferreirós de Arriba, aquí ya no miro referencias de tiempos, toca ir lo más rápido posible.
En Ferreirós está Desi animando, le llego con una rosa cogida por el monte, paro 5 minutos comprobando que no necesito nada y sigo. Aquí empieza lo bueno, 3 kilómetros y 850 metros de desnivel positivo, el plan es subirlo despacio pero sin paradas, reservando piernas para el resto de la carrera, esta subida se me hace llevadera disfrutando del paisaje. En Ferreirós salgo con Miguel otra vez y vamos juntos los dos primeros kilómetros de subida, quedándome el resto yo atrás a mi ritmo, tenemos suerte y se levanta brisa y aparece alguna nube que hace la subida bastante mas cómoda de lo que parecía al principio, el último tramo de la subida es un cresteo disfrutón, con alguna trepada y alguna zona expuesta, aunque sin más peligro que los casi 60 kilómetros que llevan las piernas.
Una vez arriba, vistas espectaculares, estamos a 1.650 metros, aquí empieza la pista que pusieron a última hora por la prohibición de pasar por la Devesa da Rogueira, tramo más feo de la carrera pero que se agradece al poder aumentar el ritmo, aquí me alcanza Javier un corredor de 65 años que va como un tiro con sus bastones, este tramo es un sube y baja pistero, hasta llegar a una bajada revienta piernas e inacabable, llegando a la carretera que une Seoane con Moreda, por la que hacemos unos metros para enfilar el sendero que sube al monte
Ferreirós de Arriba
Cido, subida que se hace larga a estas alturas, por un bosque de castaños. Al llegar al final de la subida el sendero nos lleva a media ladera hacia Moreda y sorpresón dos kilómetros antes de llegar aparece Desi que viene a buscarme, así que liebre de lujo, corriendo ella delante de mí hasta llegar a Moreda con un subidón de los gordos, en Moreda cargo agua y me despido de Desi.
Esta última parte de la carrera es terreno conocido, en vacaciones hice una tirada larga intentando seguir el track de Moreda a Seoane, empezamos con una subida por una pista antigua atravesando dos brañas, tiro a buen ritmo para alcanzar a Javier y a otro chico que casi no pararon en el avituallamiento. Antes de coronar el alto los alcanzo y enfilamos la bajada a Romeor, último avituallamiento, la bajada comienza por un denso bosque de castaños que nos obliga a poner el frontal a pesar de ser todavía de día, no hay balizas reflectantes y las normales se ven mal con la poca luz que se filtra entre la copa de los árboles, vamos por un terreno difícil por lo empinado y resbaladizo del sendero, además de escaleras y pequeñas pero duras subidas y bajadas, aquí perdemos a Javier que nos toma la delantera, una vez fuera del bosque, nos las prometíamos muy felices pensando que estábamos ya muy cerca de Romeor, pero no, hay sorpresas, primero bajada por un prado resbaladizo y con fuerte pendiente que no deja avanzar cómodamente y después un tramo llano pero no corrible por una pista-arroyo con mucha piedra y agua y alguna zona de barro, empezando a dudar de llegar en el corte, cuando aparece el pueblo. Aquí nos juntamos con otros cuatro corredores entre los que están Javier y Miguel, vemos que si no hay muchas trampas de aquí al final llegamos, decidiendo tirar juntos en dirección al túnel romano, toca volver a subir para llegar a la bocamina por un terreno bastante roto, pero por el que avanzamos bastante rápido, subiéndonos la moral, llegamos sin mayor problema al túnel de 50 metros que atravesamos con el agua casi hasta las rodillas, una vez fuera unos metros de llano y subida imposible por una escombrera de pizarra que se nos hizo eterna. Subida muy dura en la que había que ayudarse continuamente de las manos y por un terreno muy suelto que hacía que el que abría camino echase piedras a los de atrás, llegamos los 6 arriba comentado si llegamos o no, y comienza un tramo favorable en el que empezamos a andar muy rápido, reagrupándonos en dos o tres ocasiones, llegando a un tramo en el que no vemos balizas, un poco de
Penaboa
confusión y nos damos cuenta que algún gracioso arrancó las balizas en 100 metros, encontrando el camino sin mayor problema. Aquí comenzamos una bajada en la que Miguel y yo empezamos a correr, nos da que al ritmo que llevamos en el grupo no nos da para llegar. Nos quedan sobre 8 kilómetros y poco más de una hora de tiempo, nos distanciamos del resto y adelantamos a una pareja que va desfondada (llegarían 54 minutos después que nosotros a meta) y comienza la zona por la que mejor me lo pasé, parecía que las piernas llevasen 10 kilómetros en lugar de los mas de 80 que llevaban, llegando a la zona de primitivos enterramientos del Monte Cido, aquí encontramos un tramo de continuos cambios de sentido y subidas y bajadas por rocas muy divertida en el que se va quedando Miguel, al que intento animar y esperar, para enfilar un divertido sendero en bajada que me deja, a todo correr, a la orilla del río. Aquí estoy muy cerca y me quedan 20 minutos, voy corriendo todo el tiempo tire para arriba o para abajo, muy cómodo, cuando cruzo un puente en el que veo un frontal parado, otro sorpresón es Desi que me está esperando, tira conmigo y me dice que quedan sobre tres kilómetros, bajón increíble, quedan poco mas de 11 minutos, imposible llegar, empiezo a despotricar de la carrera y me dan ganas de parar, pero algo me dice que tire, salimos a una carretera y Desi va animándome e intentando convencerme que igual es menos distancia, en la carretera otro bajón tira para arriba y las piernas no quieren correr, tiro de bastones con rabia y bastante mosqueado, apenas quedan 5 minutos y lo voy a dar por perdido cuando empiezan a verse las primeras casas, sigo y al poco se oyen gritos desde el pueblo diciendo que me da tiempo que me quedan 100 metros para empezar a bajar y desde ahí poco más de 500 metros, quedan menos de 4 minutos, empiezo a correr esos 100 metros de subida y me tiro por la bajada de hormigón a tumba abierta, si rompe algo que rompa, sólo pienso en llegar, bajo como si acabase de empezar a correr, acaba la cuesta y quedan menos de dos minutos y una pequeña cuesta para acabar, aquí hay bastante gente animando, me dicen que le dé que llego en corte y entro en meta esprintando como si estuviera en un 10000.... me sobran 30 segundos, llego sin aire, sobrándome todo y tirando los bastones al prao... último corredor en llegar en el tiempo de corte, pequeña entrevista con el speaker (jabalí), abrazo con el gran José Moutinho (diseñador de este infierno de recorrido en algún momento, pero divertido y precioso en su totalidad) y recogida del chaleco de FINISHER de mi segundo ultramaratón.
Y aquí acaba la crónica de la carrera, las sensaciones increíbles, si el año anterior a pesar de acabar los 101 Peregrinos me quedó la espina clavada de ser todo pista y con poco desnivel, tardando mucho en acabarlo, en la UTAC me la he sacado con creces, ya pasó una semana y sigo de subidón y pensando qué locura hago el año que viene, con las piernas en perfecto estado y con ganas de empezar a preparar el otro objetivo del año, pulverizar mis discretos tiempos de 10 kilómetros y media maratón en otoño.
Coronando Penaboa
Respecto a la carrera le doy un 10, está al límite de los tiempos de corte para corredores del montón como yo, pero lo suple por el precioso y divertido recorrido, gracias Mouthino por esa joya de carrera y ese abrazo que das a cada corredor que llega a meta.
La organización perfecta, trato de amigo con el corredor, ambiente en meta del primer al último corredor, avituallamientos correctos (teniendo en cuenta que a estas carreras hay que llevar comida propia) y animados. Marcaje perfecto, imposible perderse, por poner un fallo, para otras ediciones sería bueno poner balizas reflectantes a partir del final de la subida que hay pasando Moreda, se hacía difícil al oscurecer seguir las balizas normales por el bosque.
Gracias a todos los corredores con los que compartí parte de la carrera, Miguel con su nariz casi rota (pena no haber llegado juntos), Javier con sus 65 tacos (cómo andaba), Vanesa y su bloqueo en el cresteo a Penaboa, Manuel su acompañante que aguantó hasta el kilómetro 65 con la rodilla hinchada y el estómago tocado, a Natalia la argentina que no calló en toda la carrera, cada vez que la topé iba hablando y que llegó al kilómetro 75, a Rafa y Nico por los ánimos al adelantarme y a un montón más de corredores con los que hice parte de la carrera y de los que no recuerdo su nombre. También a Alex el gaditano, con el que compartimos parte del domingo haciendo una rutilla por Val de Mouras con Marta de guía....
…. falta algo hay que dedicar el carrerón, y está claro para quien va dedicado, a la liebre de lujo, Desi, que me aguanta y anima durante los largos meses de preparación y durante todo el día de la carrera....

 Fotos propias y sacadas de los álbumes de la web de la carrera, gracias a los fotografos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario