miércoles, 7 de mayo de 2014

CRÓNICA "101 PEREGRINOS" PONFERRADA 02-05-2014

Esta es la crónica de 101 peregrinos mi segunda participación, la primera en el ultramaraton, el sábado 3 de mayo del 2014.
A las ocho llegamos al Toralín, con tiempo para repasar el equipo y sacar con los tres compañeros del club, (dos van al maratón y dos vamos al ultra) la foto de rigor, comentarios sobre los nervios de cada uno y las dudas y nos colocamos por el medio del pelotón de marchadores.
Llevo desde el día anterior con la certeza de que la rodilla no me va a aguantar y con la moral un tanto baja, así que decido salir en plan suicida (es mi primer ultra) con ellos que son mas rápidos, con la idea de que si me falla, que sea al principio. Así que rompiendo las reglas y la estrategia planeada, salgo corriendo a buen ritmo con la cabeza de carrera a tiro durante unos kilómetros, con la rodilla molestando y esperando el aviso de esta para retirarme.
En el kilómetro 8 o 9 tuerzo el tobillo sin más consecuencias en el momento, y decido bajar el ritmo viendo que la molestia en la rodilla va desapareciendo, pero sigo corriendo hasta llegar al 21, un cuarto de la carrera.
En este punto decido andar y trotar, el ritmo que llevo es para hacer doce horas y media, o lo que es lo mismo, el desastre y el abandono más temprano que tarde. Aun así por la inexperiencia o la adrenalina sigo a buen ritmo y corriendo mas que andando.
Un kilómetro antes de llegar al avituallamiento de las Medulas me topo con mi compañera que se acerco con otra chica,  pareja de un ciclista, a animarnos en el tramo de asfalto, subidón foto de recuerdo y sigo dirección al avituallamiento romano de las Medulas, parada rápida para cargar agua y sigo, en el tramo que sigue hacia Salas atravesando las Medulas tiende hacia abajo, pasando un pueblo abandonado y un bonito desfiladero por un sendero, voy corriendo y andando y llego al siguiente avituallamiento en el kilómetro 40 con los primeros síntomas de haber corrido demasiado, piernas pesadas y torpes, por lo que decido que hay que andar, aun así corro algún tramo por el tramo que baja a  Domingo Florez con una temperatura ya muy respetable, al llegar a Domingo Florez hago una parada técnica, vaselina en los pies y recargo los dos botes y la chupona de litro, como algo y tiro para arriba, a buen paso y constante, (buen detalle por parte de la organización el 4x4 que subía por esa cuesta ofreciendo agua).
En este tramo mucha gente ahogada por el calor, y yo también empezando a recocer, con la cabeza empezando a dolerme por el calor y la falta de brisa para refrescar, ocurriéndoseme la brillante idea de ir  mojando la gorra cada poco en el arroyo que baja por la pista, lo que soluciona mis problemas con la alta temperatura (sobre 30 grados en ese tramo). Una vez coronado el alto,  me pongo a correr, y algo va mal, cuesta arrancar y duelen mucho los tibiales y el tobillo que torcí al comienzo se me hincha teniendo que aflojar el cordón y molestando mucho en las bajadas. Aun así me dejo caer a trote borriquero camino de San Pedro de Trones, parada mínima para comer y beber y me entero que no volvemos por el pabellón de Domingo Florez, nervios por ser el punto en el que había quedado con mi compi para coger el equipo nocturno, llamada y me dice que no me preocupe que esta llegando y que ya busca el avituallamiento.
Arranco con algún trote, parte más bonita, por técnica, de la carrera, la bajada hacia Puente de Domingo Florez tiene un buen tramo de sendero y un par de toboganes muy guapos si vas con fuerzas para bajarlos (lo que no era el caso). Una vez en Puente de Domingo Florez alegría al encontrarme con mi mochilera y parada para cambiar calcetines, camiseta, vaselina a los pies que empiezan a resentirse y también barritas y frontal. Arranco y se acaba el correr, solo subiendo puedo llevar buen ritmo, llaneando no puedo correr y bajando casi ni avanzo por los dolores en los tibiales y el tobillo hinchado, aun así mantengo el tipo subiendo (subir subí sin problemas toda la carrera y a paso rápido) al alto La Braña, pero en la bajada y llano camino del mirador de Orellan me pasan marchadores a montones, los que pase en la larga subida y un buen puñado mas,  debido a mi lentísimo ritmo en las bajadas, así que me pongo por objetivo llegar de día a Orellan, lo que consigo por los pelos, justo con el sol oculto y el cielo rojo como fuego, una de las estampas mas bonitas de la marcha.
A partir de hay me quedan mas de 30 kilómetros de sufrir y sufrir en las bajadas a un ritmo lentísimo (no me retire en ese tramo por no echar a perder el esfuerzo y los sacrificios de cuatro meses de preparación, y tentaciones tuve de sacar la manta de emergencia, buscar refugio para vivaquear y olvidarme del ultra). Después de bajar de noche y solo un bosque por una pista y el impresionante sonido de un río  que bajaba parejo a ella, llego a Santalla, (aunque muy tocado moralmente debido al bajo ritmo que llevo), aquí viendo el pedazo de avituallamiento que monto el pueblo, decido comer de todo, oreja, tortilla, huevo, caldo, chocolate, aun a riesgo de romper el estomago, un lujo de avituallamiento y de gente a esas horas de la madrugada.
Arranco otra vez y los dolores siguen, pero la moral milagrosamente la recupero, pasando a unos cuantos, hasta llegar a unas bajadas embarradas en las que me acuerdo de quien se le ocurrió ponerlas a esas alturas de la carrera, llegando a Villalibre muy tocado y perdiendo minutos a puñados, decido no parar y seguir a pesar de la animación del pueblo a que coma sus viandas (incluso chupitos de güisqui en para animar la marcha). Al poco de pasar el pueblo me alcanza un corredor de Lalín que me pregunta si tiro con el, le digo  que si y gracias a su compañía y la charleta consigo aumentar el ritmo en las bajadas llegando a Ponferrada donde tenemos una pequeña perdida al coger el paseo del río (tiramos a la derecha en lugar de a la izquierda) rápidamente solventada. Paseo por el río con ganas de llegar (se hizo largo) y al salir del paseo, hay estaba esperando y animando mi mochilera, ya en su compañía continuamos los tres en dirección al pabellón del Toralín, entrando en una desangelada y solitaria meta a las 20 horas y media de haber salido, y haciendo en mi primer ultrafondo todo lo que no se debe hacer, estrenar calcetines, ropa y sobre todo empezando como un joven y acabando como un viejo en lugar de empezar como un viejo y acabar como un joven.
Esta es la crónica de mi primer ultra maratón, contento, dolorido de piernas, con una ampolla en cada pie y borracho de endorfinas.
Solo queda agradecer el apoyo moral estos cuatro meses de preparación y el apoyo material en carrera de mi compañera, sin ella hubiera sido todo mucho más difícil.... y a Miguel mi compañero de los últimos 15 kilómetros animándonos mutuamente y amenizándonos la marcha con una agradable charla.
Y respecto a la organización, pues por mi parte bien, por crónicas que leí de años anteriores daban muchos fallos en los avituallamientos y que daban mas atención a las bicicletas, con esta información iba preparado casi para ir en autosuficiencia,
sobrándome mucho de lo que lleve, con buenos detalles como el 4x4 que subía a San Pedro de Trones ofreciendo agua y las motos que pasaban por el tramo de la Braña preguntando a los marchadores como íbamos, si que puede ser mejorable y criticable la noche, muy desangelada y solitaria entre los tramos de los pueblos, de acuerdo que son muchas horas pero tienen que preverlo para relevar a los voluntarios y que la atención sea la misma....y la meta donde no había ni speaker para animar y felicitar a los que entramos…

 Por último una pequeña lista del material especifico que elegí para mi primer ultra, aunque solo sea por las horas echadas delante del ordenador para elegir material….

l                  Frontal Black Diamon Spot: por cuarenta euros pedazo de frontal muy potente y con una autonomía de 5 horas con la luz a tope… también lleve un Pezl xp2 prestado que me sorprendió por la iluminación que daba hacia los lados.
l                  Chubasquero Altus Alaska, la intención era la chaqueta Soloclim Cirrus…pero problemas de existencias del fabricante me decantara por este otro…. Que ni llegue a utilizar, dada la temperatura opte por llevar un quitamientos de los baratos del decatlón que cumplió la función a la perfección.
l                  Bastones trail de Black Diamon D Distance, muy ligeros, resistentes y plegables, a partir del kilómetro 15 no los solté.
l                  Zapatillas Assics Trabuco, muy probadas, cumplieron a la perfección,…
l                  Gafas Altus Iseo, con unas lentillas… otro estreno nunca había corrido con las lentillas puestas tanto tiempo, (llevo gafas a diario) y muy bien… buena opción a graduar unas gafas de sol…
l                  Mochila running Scott Pack Trail Tp 10 rojo azul, una de las claves para una carrera de larga distancia con sus dos botes y la chupona de litro dentro…


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