jueves, 6 de octubre de 2016

CRÓNICA GRAN TRAIL DE PEÑALARA 118 KILOMETROS 11500 DESNIVEL ACUMULADO (27/6/16)


Con mucho retraso cuelgo la crónica del GTP, tres meses después de acabarlo.

Llega el objetivo del año, el GTP, mi tercer ultratrail y el primero que pasa claramente de 100 kilómetros, más fino y en teoría mejor preparado que nunca, gimnasio, más horas de CACO y carrera que otros años y algo menos de bicicleta… la intención es no pasar de 24 horas y si no se puede, acabarlo antes de cierre de control, 28 horas.

El martes anterior salimos en dirección a la Sierra madrileña aprovechando las vacaciones, con tiempo para aclimatar y subir a Peñalara para ojear la cresta de los Claveles y descansar en un camping La Fresneda que esta entre Manzanares del Real Y Soto del Real con piscina y muy tranquilo, muy cerca de Navacerrada.


Después de dos días de relax en el camping, el jueves marchamos en dirección al puerto de Cotos donde aparcamos la furgo para subir al pico de Peñalara, ruta de unos 8 kilómetros ida y vuelta, para echar un vistazo a la cresta de los Claveles que tendría que cruzar el sábado durante la carrera, una vez de vuelta nos dirigimos a Cercenilla a 15 minutos de Navacerrada, donde reservamos habitación en el Hotel Aribel Longinos, por cierto muy tranquilo y agradable, nos instalamos, comemos y nos dicen que hay unas piscinas naturales a poco distancia del pueblo, aprovechando para acercarnos a pasar la tarde y darnos unos chapuzones.  

Y llega el día D, a las siete de la mañana me despierto y ya no vuelvo a dormir hasta las nueve y media que nos levantamos, desayunamos en el hotel y marchamos para Navacerrada, donde ya se empieza a notar ambiente, recogemos la bolsa de corredor y encontramos detrás del polideportivo un aparcamiento con mesas, prado…. Un lujo, vuelta por el pueblo y a comer, que quiero intentar dormir una siesta, que se convierte en misión imposible, así que después de una hora panza arriba me pongo a repasar la estrategia, paradas, que como…. A media tarde estoy bastante nervioso, mucho más de lo normal y vamos para la charla técnica. La charla muy completa, incidiendo mucho en los puntos complicados, bajada a Maliciosa, cresta de los Claveles, etc. subiendo por momentos el nivel de nerviosismo.

Una vez acabada la charla voy a cambiarme, dando un último repaso al material, con los nervios subiendo por momentos según se acerca la salida para desesperación de mi compañera y sufridora en estos momentos post-carrera.

Así llegamos a las 11:00, estamos en la zona de salida y hay un ambientazo increíble, la calle esta hasta los topes y me voy con mis nervios (increíble los nervios que me entran, normalmente siempre estoy bastante tranquilo) al control de salida, comprueban que llevo las luces y puedo pasar para la zona de salida donde me coloco de la mitad para adelante y a las 11:30 después de una cuanta atrás se da la salida, con muchísima gente animando por las calles de Navacerrada. Primeros kilómetros de pista, salgo corriendo a buen ritmo, empezando a sobrar ya los manguitos, hay una temperatura increíble, nada de frio, más bien calor. Este tramo de pista que lleva al sendero que sube a la Maliciosa pica para arriba y permite correr cómodo y a buen ritmo, con mucha gente en la cuneta animando, poco después de la Barranca pasamos al sendero en el que la pendiente se empieza a poner seria, al ir ya estirados ya no se forma tapón, reguero de luces rojas delante de mí y cuando miro atrás, reguero interminable de luces blancas, parece que voy bastante adelante, e imagen muy bonita.

Subo a buen ritmo, la subida es dura y bastante larga, al llegar al collado me topo de frente con una luna menguante gigante y al mirar hacia atrás una fila interminable de luces blancas con las luces de Madrid a lo lejos, momento mágico entre la luna, las estrellas y la ciudad iluminada, que me recuerda que estoy aquí para disfrutar.

Desde el collado a la cima de La Maliciosa baja la pendiente y se puede disfrutar del cielo estrellado, la luna y los juegos de luces de los frontales que vienen por detrás. En la cima, kilómetro 9, control de paso, 1 hora 45 minutos, dos minutos más que el tiempo previsto, buenas sensaciones y alguna molestia en el estómago que achaco a haber bebido demasiado líquido a lo largo del día y a los nervios de la salida. Una vez coranado el pico de la Maliciosa comienza uno de los tramos complicados, bajada técnica, con mucha piedra y pendiente. El inicio de la pendiente lo hago con un grupo que baja muy prudente, demasiado, así que los adelanto y aumento el ritmo, la bajada tiene miga, pero con tiento permite bajar a buen ritmo, llego al primer avituallamiento de Canto Cochino, kilómetro 17, sin mayores problemas que algún resbalón y 5 minutos por encima del tiempo previsto, 3 horas 18 minutos, es el primer avituallamiento, relleno agua y como una barrita que no me sienta nada bien, parece que tengo agujas en el estómago, preocupación, la carrera está empezando y parece que el estómago no va a querer ayudar, a partir de aquí no me entran los alimentos sólidos, así que todos los cálculos de alimentos al garete.

Salgo de Canto Cochino y nos metemos en la Pedriza, para llegar al collado de la Pedriza hay poco más de tres kilómetros, pero en fuerte subida entre bolos de granito subida muy guapa a la luz de la luna y el frontal, pruebo a comer un gel y unas gominolas y parece que el estómago lo acepta, aunque sigue molestando bastante, hago cuenta mental de los geles y gominolas, y si el estómago no se asquea de ellas, tengo para llegar a Rascafria, donde tengo bolsa para reponer, aquí me doy cuenta de que los cálculos de alimentos iban muy por encima de lo que realmente necesito, cosa a tener en cuenta para otros ultras...

Paso el control del Collado en 3 horas y 57 minutos, kilómetro 19,2 y dos minutos por encima del tiempo previsto, muy bien de fuerzas y ánimo. Este tramo de la Pedriza es muy guapo y entretenido bajo un cielo estrellado de testigo.

Bajamos del collado por un sendero muy divertido hacia el siguiente avituallamiento, Hoya de San Blas (kilómetro 27) a mitad de bajada encuentro a un corredor sin luz buscando el frontal que se le había caído y roto en pedazos, le echo una mano con la luz de mi frontal, encontramos las piezas y con una brida apaña una reparación de emergencia (tomo nota de la brida) nos despedimos y sigo bajada hacia la Hoya, al acabar la bajada el sendero se convierte en pista que pica para arriba.

Cojo a un pequeño grupo y uno de los corredores comenta que nos podemos despistar que el control más justo de la carrera es el de la Morcuera, creo que vamos sobrados, pero por lo que pueda pasar aumento el ritmo dejando al grupo atrás, llegando a la Hoya  en 5 horas 25 minutos, 3 minutos más de lo previsto, paro a coger rápidamente agua y salgo disparado hacia la Morcuera.

La subida a la Morcuera es tendida (es una carrera muy corrible si se tienen piernas), 10 kilómetros desde la Hoya que se hacen a buen ritmo, adelantando a muchos corredores, a tres kilómetros de llegar al alto comienzan a salir los primeros luces del día, y con ellas el sueño, en toda la noche no tuve sueño hasta el amanecer, mucho sueño, todavía hace falta el frontal pero el cielo ya se ve azul, en cuando pasan unos minutos se hace totalmente de día y el sueño va desapareciendo, apago el frontal que con las pilas de litio aguanto 7 horas seguidas de luz y lo que parece que le queda, sigue iluminando con mucha potencia.

Llego a Morcuera a las 7 de la mañana con una hora para el cierre de carrera, en 7 horas y 35 minutos con un minuto de adelanto sobre la previsión de tiempos. En este avituallamiento hago la primera parada, me siento 5 minutos para meter las barritas en la mochila y sacar todos los geles para los bolsillos exteriores, el estómago sigue molestando bastante, pero admite los geles y las gominolas, relleno de agua y arranco hacia Rascafria, con los 5 minutos de parada me quedo frio y tardo un rato en calentar con tiritera incluida. El tramo a Rascafria tiende hacia abajo y voy trotando en buena parte del recorrido, evitando así también que se me haga eterno, llegando al avituallamiento con 9 minutos de adelanto, en 9 horas y 24 minutos para 54.5 kilómetros, muy bien de piernas y con el estómago molestando, pero controlado.

En Rascafria es donde tenemos la bolsa para cambiarnos y reponer material, no cambio de ropa, dejo los manguitos y todas las barritas y cojo todos los geles y gominolas, por suerte bastantes para todo lo que queda de carrera. En el avituallamiento tienen salado y pruebo a comer jamón y queso, parece que no me sienta mal, cojo un trozo de sandía, cargo agua hasta los topes, más de dos litros entre botes y la chupona (que viene lo duro y Lorenzo parece que va a apretar), y poco después de 10 minutos después de parar arranco para afrontar la parte más difícil y técnica de la prueba, subida al Reventón, cima en el Risco de los Claveles, hacer la cresta de los claveles para coronar Peñalara y vuelta para atrás hasta la laguna de los pájaros por el mismo sitio de ida.

Cresta de los Claveles

Al kilómetro de salir en las afueras de Rascafria me pasan los primeros del TP60 como obuses hablando entre ellos como si nada. Empieza a apretar el calor, pero coincide con un bosque de pinos por un sendero a la sombra que hace llevadero este primer tramo de subida. Me siguen pasando corredores del TP60, lo que hace entretenida la subida devolviéndonos los saludos y los ánimos. El tramo hasta el avituallamiento son casi 10 kilómetros y decido parar un minuto en una sombra cada vez que tengo que comer, y así tomar aire y bajar el recalentón un poco. El ritmo que llevo es muy bueno y del sendero por el boque pasamos a una pista con una pendiente constante, casi sin sombra y que tira bien para arriba, con la suerte que se levanta una brisa que hace el tramo más llevadero, paso a paso nos aproximamos a Peñalara y paso a paso vamos esquivando el calor extremo entre esa brisa e ir bebiendo constantemente pequeños sorbos de líquido. A mitad de subida los del TP60 que me adelantan suben ya poco más rápido que yo y aprovecho para ir enganchándome a los grupos que me pasan hasta llegar al avituallamiento del reventón (muy completo para estar en medio del monte, bebida fría, barritas, gominolas, fruta, ...) poco antes de coronar el puerto, llego en 11 horas 48 minutos, kilómetro 63, y con 22 minutos de adelanto sobre el tiempo previsto. Vuelvo a cargar agua hasta los topes, me siento dos minutos a organizar la mochila y sin más demora sigo camino al puerto, acercándome a la zona más técnica de la prueba, el tramo para llegar a la laguna de los pájaros desde el puerto es cómodo, un sube y baja por las lomas que se hace bastante entretenido. Una vez en la laguna de los pájaros comienza la subida al Risco de los Claveles, subida muy fuerte pero corta que nos deja al pie del cresterío, en esta subida noto los efectos de la altura al fatigarme bastante. Ya coronado el Risco comienza la cresta de los Claveles, una sucesión de grandes peñas que voy saltando y trepando, tramo de ida y vuelta que me lleva al pico de Peñalara, muy divertido, parece increíble que lleve más de 70 kilómetros, subo y bajo peñas a buen ritmo cruzándome a corredores, llegando al control de Peñalara en 14 horas y 7 minutos, con 13 minutos de adelanto, y vuelta a la divertida cresta hasta el Risco y bajada hasta la laguna de los pájaros. 
La dificultad de este tramo es mínima a poco que se esté acostumbrado a moverse por montaña, el mayor peligro es un tropezón o resbalón si estuviera húmedo y eso si la posibilidad de romper algo en la caída.

Al poco de pasar la laguna de los pájaros torcemos a la izquierda por un sendero, comienza la bajada a la Granja, este sendero, muy divertido y que hago trotando casi en su totalidad,  me lleva al avituallamiento de Raso del Pino donde cargo agua y tiro ya por pista hacia la Granja, llego en 16 horas y 26 minutos para 81 kilómetros con 7 minutos de adelanto, muy bien de tiempo y de fuerzas, en este avituallamiento esta Desi de voluntaria, mucho ambiente , parece una fiesta, tienen duchas para refrescarse, sillas bajo una carpa para sentarse y de comer ensalada de pasa, jamón y bandejas con carne a la parrilla¡¡¡ Sigo con molestias en el estómago pero no me puedo resistir después de tantos geles a comer un trozo de esa carne, parece que me sienta bien y ataco la bandeja comiendo varios trozos, esperando no tener que arrepentirme más adelante, cargo agua e isotónico, me despido de Desi y de sus atenciones y arranco, esta es la parada más larga de la carrera menos de 15 minutos, voy hacia la casa de la pesca, siguiente avituallamiento y el que dicen tramo más pesado de la carrera.

Para llegar a la casa de la pesca hay que recorrer un camino hecho para llevar a un reyezuelo de tantos en parihuelas a pescar, muy guapo el camino, picando eso si hacia arriba, aunque bastante tendido.

Durante la bajada anterior a la Granja voy prácticamente solo, adelanto a uno, me adelanta otro, pero ya no voy continuamente acompañado, en este tramo sigue la misma tónica los primeros kilómetros, que voy haciendo a buen ritmo tirando de bastones, hasta que alcanzo a un grupo donde va otro asturiano, decido acomodarme un rato a este grupo para hacer más ameno el camino que se va haciendo largo, todo el tiempo por la orilla del rio con mucho dominguero que ni se inmuta a nuestro paso. Voy un rato hablando de carreras con el asturiano y tirando del grupo y cuando me doy cuenta, cerca ya de la Casa de la Pesca, voy solo, ya sin el rio al lado por un bosque. Llego al avituallamiento en 19 horas y 4 minutos para 93 kilómetros, con 12 minutos de adelanto sobre lo previsto.

En la Casa de la Pesca me siento 5 minutos tomo un gel, repongo agua y antes de arrancar me despido del corredor asturiano que llega en esos momentos, pongo un buen ritmo y adelanto a varios corredores hasta que me encuentro con unas rampas infernales en una pista muy incómoda por las piedras sueltas, salvo que las rampas son cortas, y entre rampa y rampa hay pequeños descansos, así que pasito a pasito voy sorteándolas.

Este tramo hasta llegar al control de Fuenfría se hace duro, voy a paso corto y despacio, pero sin parar, aun así, me pasan todos los corredores que adelante a la salida del ultimo avituallamiento, llego a Fuenfría y se acaban las rampas y nos recibe una fuente de agua fría fría, es el kilómetro 100 después de 20 horas y 18 minutos y subidón, llevo 31 minutos de adelanto sobre el horario previsto, cargo agua de la fuente y tiro.

A partir de aquí entramos en el camino Smith, un sendero marcado por un tal Smith, de ahí el nombre, a principios del siglo pasado, sendero muy guapo por un bosque en su totalidad, en este tramo me engancho a dos corredores que me adelantan corriendo y con los que ya me había cruzado varias veces, uno de ellos muy reconocible por llevar una camiseta del Atlético de Madrid, me pongo a correr con ellos y al ver que les aguanto el ritmo sin mayor problema me animo a seguirlos. Al ir en compañía el camino Smith se hace muy ameno yendo a muy buen ritmo trotando casi todo el tiempo, uno de ellos conoce el camino y dice que vamos sobrados para llegar en menos de 24 horas, despejándome las dudas que llevaba con posibles sorpresas en el recorrido en los últimos kilómetros.

Llegamos al puerto de Navacerrada (106 kilómetros) en 21 horas y 27 minutos, 34 minutos de adelanto sobre lo previsto y quedan sobre 10 kilómetros para meta, este es el último avituallamiento, como algo, bebo y no cargo nada, llevo los botes con casi un litro de agua, de sobra para lo que queda, que además es terreno favorable. Salimos los tres juntos del avituallamiento pero en la rampa que sube para encarar la bajada del arrastrero, al ver que los voy esperando me insisten para que no les espere, así que tiro adelante los últimos metros de subida para empezar ya a bajar por el arrastrero, un sendero con bastante piedra suelta pero entretenido, en bajada tendida, que permite correr, acabándose este sendero en el último control, la Barranca, justo antes de llegar al control paro a poner el frontal por si me hace falta al final, son sobre las diez y está oscureciendo. Llego a la Barranca y me dicen que quedan sobre 3-4 kilómetros y me quedan 23 minutos para llegar antes de 23 horas, así que a correr a todo lo que dan las piernas con las ultimas luces del día, parece increíble que se pueda correr a buen ritmo a estas alturas, con 115 kilómetros en las piernas, adelanto a bastantes corredores y entro en el pueblo, con muchísimo ambiente, coches que pitan, las terrazas llenas de gente animando, se pone un poco la piel de gallina y después de una vuelta por el pueblo llego a meta en la calle principal, con una mucha animación y 118 kilómetros en 22 horas 59 minutos (una hora menos de lo previsto) y todavía con las ultimas luces del día despidiéndose, muy contento con el resultado, las sensaciones durante toda la carrera….

Carrera muy disfrutada, la noche, el amanecer, los paisajes, las bajadas, Peñalara, el Risco de los Pájaros, … y el cuerpo más entero que nunca en el final de un Ultra….

El balance, muy muy bueno, la estrategia seguida al pie de la letra, paradas muy cortas en todos los avituallamientos (cargar y arrancar), con dos paradas de 15 minutos en Rascafria, donde teníamos bolsa para cambiarnos si queríamos y para reponer material, y 10 minutos en la Granja donde me esperaba Desi que en este ultra se apunto de voluntaria para hacer mas amena la espera. Ritmo constante toda la carrera según lo planeado, correr para abajo, caminar y correr en el llano, y para arriba andar a ritmo lo mas fuerte posible tirando de bastones.

De comida sobrado, a tomar nota para otras carreras, los cálculos que se manejan por internet de carbohidratos por kilogramo de peso son muy sobrados, haciendo una buena carga de carbohidratos los tres días anteriores a la carrera, con la mitad de lo que calcule iría sobrado.

Como siempre desde que corro estas distancias, gracias a Desi, la persona que me apoya, me ayuda para cuadrar los entrenos y me anima en los momentos bajos, aparte de aguantarme esta vez en los momentos precarrera.

Así que con todo este tocho se acabó el objetivo del año, totalmente satisfecho y colorín colorado este ultra se ha acabado….

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